Dos proyectos emblemáticos para dos arquitectos con caché.

Carlos Lamela y Rafael de La-Hoz, coinciden en muchas cosas. Algunas evidentes, como que comparten profesión; están al frente de dos de los mayores estudios de arquitectura españoles y compiten por hacerse con los proyectos más emblemáticos del mercado. Desde sus empresas han continuado con la labor de sus padres; ambos descienden de arquitectos que han dejado huella en Madrid. Antonio Lamela como autor de las Torres Colón y el conocido sacapuntas que las corona; y Rafael de la Hoz como artífice de la volátil Torre Castelar.

Pero comparten otras tantas cosas no tan obvias. Para empezar, la familia. De La-Hoz está casado con la hermana de Lamela, Cirenia y, según reconoce éste, “Rafa me presentó a mi mujer, Juana”. Ambos se declaran más cuñados que competidores, de hecho, es una de las pocas respuestas que suenan prácticamente al unísono. Sin embargo, los dos arquitectos ganaron concursos que finalmente fueron a parar al otro. Sirva como ejemplo la Ciudad de Telefónica, un encargo que en tiempos de Villalonga se adjudicó a Lamela, si bien fue levantada por De La-Hoz bajo la presidencia de Alierta. O, sin ir más lejos, el proyecto de la reconversión de la entonces llamada Manzana Canalejas, que primero pasó por los bocetos de De La-Hoz para acabar en el despacho de Lamela.

Las coincidencias continúan, pues estos cuñados se están encargando hoy de diseñar dos de los más icónicos hoteles de lujo. Esos que van a situar a Madrid a la altura de Barcelona y más cerca de otras capitales europeas, como Londres, París, Roma, Milán… si las previsiones se cumplen.

__________

Estudio Lamela pretende acabar a finales de año el primer hotel Four Seasons que se instalará en España. Y el primero que hace su empresa. La cadena canadiense desembarca en España para ocupar con sus 200 habitaciones gran parte de los siete edificios que conforman el proyecto Canalejas, propiedad al 50% de OHL y Mohari, que incluye también una gran galería comercial y probablemente las 22 viviendas más caras de Madrid. Requerirá una inversión de al menos 120 millones de euros en la obra.

Desde la terraza del futuro restaurante del hotel se divisan las grúas del otro proyecto estrella de la capital. El que ganó De La-Hoz Arquitectos en 2007 y que años después, y bajo una nueva propiedad, está dirigiendo: la reforma del considerado mejor hotel de Madrid, el Ritz. Que también supone la llegada a la ciudad de Mandarín Oriental.La compañía asiática y la familia saudí Olayan pagaron 130 millones de euros en 2015 por este emblemático edificio, cuya reforma está valorada 99 millones, aunque posiblemente vaya a más. El mayor reto que tiene que salvar el arquitecto, lo más complejo, “es no desvirtuar la leyenda, el mito del hotel”, inaugurado en 1910 por el rey Alfonso XIII y en el que se hospedaron personajes tan famosos como Ava Gardner, Ernest Hemingway o Mata Hari, además de multitud de casas reales.

Volver al origen

De La-Hoz pretende recuperar un lucernario proyectado en los planos originales, pero que nunca llegó a construirse, además de aumentar el tamaño de las habitaciones, que pasarán de las 162 preexistentes a las 153 finales, con la construcción de algunas nuevas, además de un spa, gimnasio y demás servicios que requieren los hoteles de lujo en la actualidad.

La fecha de entrega de la obra estaba prevista para finales de este año, pero un accidente en el que falleció un trabajador de la constructora San José la está retrasando. “Lo que más nos preocupa no es mantener los plazos, sino que el diamante que tenemos luzca; recuperar el original”, asegura Gonzalo Vallejo, responsable del proyecto de Mandarin.

Los dos arquitectos coinciden en que es más complejo reformar un edificio histórico que hacer uno nuevo, pero el proyecto de Lamela, donde también ha habido problemas, tiene mucha mayor envergadura (46.000 metros edificables frente a los 18.000 del Ritz). Más de 600 personas trabajan para inaugurarlo a finales de 2019. El antiguo patio de operaciones de Banesto, que Mario Conde llenó de mármol travertino, será el vestíbulo del hotel, del que ya emerge una impresionante escalera. Y el despacho del exbanquero que pasó por la cárcel se convertirá en la mejor suite del establecimiento. La piscina de Emilio Botín ha pasado a mejor vida.

Según Lamela, que cerró 2018 con una facturación de ocho millones de euros y 70 empleados, cifra similar a la del estudio de su cuñado, la mayor complejidad de la obra es la coordinación. “En un edificio tan grande y con tantos usos lo más complicado es no mezclar circulaciones”, dice. De La-Hoz no mira con nostalgia el espacio, “es el mismo edificio, otro proyecto”, aprecia. Al fin y al cabo, seguro que vuelve a compartir mesa y concurso con su cuñado.

_____________________________________________________________________________

Fuente: CARMEN SÁNCHEZ-SILVA

Foto:LINO ESCURÍS